El metro. El de Madrid, Barcelona, Londres o París. Por todos es bien sabido que el metro de una ciudad de grandes dimensiones es un lugar de prisas y ajetreo y más si es en hora punta. No debió saberlo Maruja García, que esta misma mañana ha conseguido colapsar unas escaleras mecánicas durante algo más de 6 horas.
Existe una ley no escrita para cualquier escalera mecánica y es que todo aquel que quiera dejarse llevar por las escaleras ha de situarse a la derecha de estas para que aquellos que deseen subir por su propio pie puedan hacerlo por la parte izquierda. Pues bien, Maruja García ocupaba la parte izquierda de las escaleras esta mañana y cuando los transeúntes le pedían por favor retirarse para poder pasar esta hacía oídos sordos y cuando intentaban subir por el otro lado se colocaba ahí. De esta manera Maruja impidió el paso a todos y llegó a colapsar dichas escaleras durante 6 horas y 12 minutos y es que al llegar al final de las escaleras, Maruja estiró sus dos brazos y sus dos piernas para evitar que nadie le adelantara.
Ni tan siquiera los miembros de seguridad de la estación lograron hacer que Maruja se retirara. En alguna ocasión llegó a amenazarles e intentar agredirles con su bolso de grandes dimensiones. Finalmente Maruja decidió acabar con el bucle cuando apareció su amiga Paqui y le comentó que la Pili se había muerto. Ambas se fueron caminando hacia el exterior del metro conversando acerca de lo mal que se cuidaba la Pili.
Tras lo sucedido ha surgido una cuestión en muchas personas que fueron ajenas a tal hecho. Y es el porque la gente no decidió subir por las escaleras normales que se encontraban a un lado de las mecánicas. La respuesta es simple y es que un lunes a primera hora de la mañana es imposible para cualquier persona razonar y llegar a conclusiones que resultan tan difíciles en ese momento.
NOticia escrita por Álvaro García.
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